Tren sin retorno
Platicar, reinventar la vida, su lógica y filosofía en torno a una taza de café, esa que siempre ha sido pretexto para abrazarnos, desde siempre, a cualquier hora, donde sea, a pesar del tiempo y la distancia. Espacios de luz tan entrañables y necesarios en tiempos de oscuridad.
Se dejaron venir la nostalgia y la melancolía que traen consigo los recuerdos, el ayer, tiempos en los que el mundo parecía mucho más sencillo de comprender.
Los abrazo a ellos, las y los pasajeros de un tren sin retorno, que abordan y bajan sin avisar. Mensajeros de lo divino, maestros en el camino.
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